Arnulfo Romero, el mártir de la solidaridad
El mártir salvadoreño se caracterizó por defender a los pobres y desprotegidos. Fue asesinado de un disparo en el pecho cuando oficiaba misa en la capilla de un hospital para enfermos de cáncer de San Salvador el día 24 marzo de 1980, cuando estaba a punto de estallar la guerra civil que se prolongó hasta 1992.
Fué canonizado en Roma por el Papa Francisco el día 14 de octubre de 2018.
Esta es su historia: http://gloria.tv/? media=434349&language=3SsSaAhCEfb
Yo no pido tanto, nada que no pueda ser
Ni un minuto amargo con quien no quiera querer
Algo de luz este desconcierto,
Párame tú que al pedir me pierdo
Y luego ya no vuelo bien.
Dejaré mi puerta bien abierta,
Para cuando quieras volver
Cuídate que el frío siempre acierta
Y si algo no marcha bien para ti encontraré
una nave espacial que nos lleve lejos,
donde no existan miedos ni soledad.
Toma mi presente, mi futuro incierto
Y que el mundo nos recuerde por soñar despiertos
Que navegues siempre hacia mar abierto
Y si alguna vez te pierdes
Solo mira dentro, solo mira dentro...
Ni un minuto amargo con quien no quiera querer
Algo de luz este desconcierto,
Párame tú que al pedir me pierdo
Y luego ya no vuelo bien.
Dejaré mi puerta bien abierta,
Para cuando quieras volver
Cuídate que el frío siempre acierta
Y si algo no marcha bien para ti encontraré
una nave espacial que nos lleve lejos,
donde no existan miedos ni soledad.
Toma mi presente, mi futuro incierto
Y que el mundo nos recuerde por soñar despiertos
Que navegues siempre hacia mar abierto
Y si alguna vez te pierdes
Solo mira dentro, solo mira dentro...
No pedimos tanto, nada que no puedas ver,
ni un segundo amargo
con quien no quiera creer.
Algo de luz a este desconcierto,
párame tú que al pedir me pierdo
y luego ya no vuelo bien.
Déjame tu puerta bien abierta
para cuando quiera volver.
Cuídame que el frío siempre acierta
y si algo no marcha bien solo te buscaré,
y tu nave espacial volará tan lejos
que encontraremos siempre la libertad.
Dame tu presente, tu futuro incierto,
y que el mundo nos recuerde por soñar despiertos.
Que navegues siempre hacia mar abierto,
y si alguna vez te pierdes
solo mira dentro, solo mira dentro...
Déjame tu puerta bien abierta,
ya sabes que los sueños siempre aciertan,
pero luego tal vez algo no salga bien
y quiero tu luz muy cerca y a ti siempre volver.
Dame tu presente, tu futuro incierto.
Que el mundo nos recuerde por soñar despiertos.
Que navegues siempre hacia mar abierto,
y si alguna vez te pierdes
solo mira dentro, solo mira dentro...
Santa Teresa de Jesús
Teresa de Jesús
Santa Teresa de Jesús
Escritora mística
Nació en Ávila el 28 de Marzo de 1515, en la casa señorial de Don Alonso Sánchez de Cepeda y Doña Beatriz Dávila de Ahumada. Es bautizada el 4 de Abril del mismo año.
A los 7 años escapa de su casa junto a su hermano, en busca de martirio. Cuando cuenta con 12 años y ya en casa, fallece su madre, lo que la afectó profundamente y pareció decidir su vocación religiosa.
A los 16 años ingresa en el convento de Santa María de Gracia, obligada por su padre alarmado por sus malas compañías y por las lecturas de libros de caballerías. El 3 de noviembre de 1534, a los 19 años de edad, profesó en el convento de la Encarnación de Ávila. Cae gravemente enferma poco después : aparecen los primeros síntomas de sus neurosis. En 1537, sufre un ataque de parasismo, y durante dos años estuvo paralítica.
Ya sana, decide reformar la orden del Carmelo, a la cual pertenecía. En su empresa encuentra grandes dificultades, pero tuvo la ayuda de una de sus hermanas, algún pariente, varios piadosos y la duquesa de Alba.
Sus principales obras literarias son en prosa. En cuanto a sus poesías, fueron compuestas en ciertos momentos de mayor ardor místico, por la que ella decía que la Divinidad se las inspiraba.
Santa Teresa de Jesús falleció después de realizada su obra de reforma, en Alba de Tormes, el 4 de octubre de 1582, a los sesenta y siete años.
FRANCISCO JAVIER
El Patrono
de las Misiones
de las Misiones
El Castillo de Javier:
En Navarra, cerca del río Aragón, en un valle próximo a los Pirineos, está el Castillo de Javier.
Flanqueado por cuatro elevadas torres, protegido por gruesas murallas y un profundo foso lleno de agua, que se atravesaba por un puente levadizo. Allí nació, en el año 1506, el gran apóstol. Era el sexto hijo de dos excelentes cristianos, Juan de Jasso y María de Azpilcueta.
Cristo milagroso:
Muchas veces iba Javier a la capilla del castillo a rezar a un gran Cristo, que dicen sudó sangre cuando él agonizaba.
Es el Cristo de la sonrisa.
Esta es su vida: