IV CENTENARIO
El Greco (el griego) nació el 1 de octubre de 1541 en Candía, Creta.
Ya en Roma, de 1570 a 1576, siguió inspirándose en los italianos como Michelangelo Buonarroti, evidente en su Pietà (c.1570-c.1572, Museo de Filadelfia). Anunciación
de época italiana (c.1567-c.1577, Museo del Prado, Madrid) pudo ser
pintado en Roma, aunque revela la huella de Venecia, tanto en el
colorido como en el modo de estudiar el espacio. En la ciudad conoció a unos españoles relacionados con la catedral de Toledo y quizá fueron ellos los que le persuadieron para que viajara a España.
Llega a Toledo en la primavera de 1577. En esta ciudad desarrolló su personal manera de pintar. Manierista, pero de gran vigor expresivo, aparece también vinculado a la España de la Contrarreforma. Recibió el primer encargo de la iglesia de Santo Domingo el Antiguo y se puso a trabajar en La Trinidad (c.1577-1579, Museo del Prado, Madrid). Una composición basada en un grabado de Alberto Durero. También como retratista fue muy considerado. Uno de los máximos exponentes de esa labor es el famoso cuadro El caballero de la mano en el pecho (c.1577-1584, Museo del Prado).
Tenía mucho interés en realizar los frescos para el nuevo monasterio que se construía en El Escorial, y cuyas obras acabaron en 1582. Envió pinturas al rey Felipe II, pero no consiguió el encargo. Uno de los cuadros que envió, Alegoría de la Liga Santa
(c.1578-c.1579, versiones en El Escorial y la Galería Nacional de
Londres), evidencia su habilidad para mezclar la iconografía política
con motivos medievales. Sólo realizó para el monasterio el cuadro San Mauricio y la legión tebana. Para la catedral de Toledo realiza El expolio (c.1577-c.1579), obra hecha para la sacristía, una espléndida imagen de Cristo, rodeado por los que le han prendido.
En 1586 pintó una de sus obras maestras, El entierro del conde de Orgaz, para la iglesia de Santo Tomé
de Toledo. Esta obra, que aún se conserva en su lugar de origen,
muestra el momento en que san Esteban y san Agustín introducen en su
tumba al noble toledano del siglo XIV. En El entierro se aprecia el
alargamiento de figuras y el horror vacui (pavor a los espacios
vacíos). Estas características se asocian con el manierismo que se mantiene en la pintura del Greco aún después de desaparecer en
el arte europeo.
El Greco tenía en Toledo una gran casa en la que recibía a miembros de la nobleza y de la elite intelectual, como los poetas Luis de Góngora y Fray Hortensio Félix de Paravicino,
cuyos retratos pintó entre 1609 y 1610, actualmente se encuentran en el
Museo de Bellas Artes de Boston. Pintó también algunos cuadros de la
ciudad de Toledo, como Vista de Toledo (c.1600-c.1610, Museo Metropolitano de Arte, Nueva York).
En las obras El bautismo de Cristo (1596-1600) y La adoración de los pastores
(1612-1614), ambos en el Museo del Prado, parecen vibrar en medio de
una luz misteriosa generada por las propias figuras sagradas. Trató
temas de la mitología clásica, como el Laoconte (c.1610-c.1614,
Galería Nacional, Washington), y los del Viejo Testamento, como el de
la obra inacabada que muestra la escena apocalíptica de El quinto sello del Apocalipsis (c.1608-c.1614, Museo Metropolitano).
Falleció en Toledo el 7 de abril de 1614 y fue enterrado en la iglesia de santo Domingo el Antiguo.
El Greco 1614 - 2014
EL GRECO EN TOLEDO